La fruta desecada ofrece cualidades similares a las de los frutos secos: es una excelente opción para incluir en la alimentación diaria. Se puede encontrar durante todo el año y tiene la ventaja de conservarse por mucho tiempo sin perder sus propiedades.

Es una fuente natural de hierro y fibra, perfecta como snack entre comidas, para llevar al trabajo, al entrenar o simplemente para disfrutar en cualquier momento. Además, endulza de forma natural y aporta un extra a la dieta, como ocurre con las pasas o los orejones.